Se inauguró esta casa en mayo de 1998, después de mucho anhelarlo, ya que en esta casa en el año 1945, la Beata M. Mª Pilar pasó los últimos meses de su vida y en ella falleció. Se considera como santuario de la Congregación. En ella se conserva la habitación, con la cama y demás objetos que utilizó la M. Pilar en sus últimos días. Fue restaurada y habilitada para casa de espiritualidad y retiros, tanto de las Hermanas de la Congregación, como de otros grupos apostólicos que buscan oración y silencio, ya que su ubicación y entorno son muy propicios para el recogimiento.
Tampoco falta en esta casa la colaboración en algunas actividades de la parroquia a la que pertenece: Pastoral de la salud, pastoral vocacional, visitas a enfermos.
Son frecuentes las visitas de personas devotas de la M. Pilar, que vienen a visitar el lugar donde pasó sus últimos días, suplicando su intercesión y ayuda en sus necesidades o simplemente visitar la habitación donde ella murió, testimoniando sentir mucha paz en este lugar.